La traducción es una disciplina que requiere precisión, comprensión cultural y un dominio profundo de los idiomas involucrados. Sin embargo, es común encontrar errores que pueden comprometer el significado original del texto. En este artículo, se abordarán los errores más frecuentes en la traducción y las estrategias para evitarlos.

Errores más comunes en la traducción:

  • Errores léxicos. Uno de los errores más comunes en la traducción es el uso incorrecto del léxico. Este problema ocurre cuando una palabra se traduce de manera literal sin considerar su significado real en el contexto. Por ejemplo, la palabra «actually» en inglés no significa «actualmente» en español, sino «de hecho» o «en realidad». Para evitar este error, es esencial analizar el significado de las palabras en su contexto y utilizar diccionarios especializados.
  • Falsos amigos. Los falsos amigos son palabras que se parecen en dos idiomas, pero tienen significados distintos. Un ejemplo clásico es «embarrassed» en inglés, que no significa «embarazada» en español, sino «avergonzado». Otro caso es «sensible», que en inglés significa «sensato» y no «sensible». Para evitar estos errores, es recomendable revisar el significado de las palabras en diversas fuentes confiables y considerar el contexto de uso.
  • Errores gramaticales. La gramática varía de un idioma a otro, y algunos errores surgen al aplicar reglas de un idioma en otro. Por ejemplo, en inglés, los adjetivos suelen ir antes del sustantivo, mientras que en español generalmente van después. Un error común es traducir literalmente «a red car» como «un rojo coche» en lugar de «un coche rojo». Para evitar estos problemas, se debe tener un conocimiento sólido de la gramática de ambos idiomas y revisar las estructuras antes de finalizar la traducción.
  • Calcos lingüísticos. El calco lingüístico es un error que ocurre cuando se traduce una expresión de manera literal sin adaptarla al idioma de destino. Un ejemplo es «make a decision», que se traduce correctamente como «tomar una decisión» y no «hacer una decisión». Otro caso común es «have a good time», que se traduce como «pasarlo bien» en lugar de «tener un buen tiempo». Para evitar este tipo de errores, es recomendable consultar fuentes de referencia y estar familiarizado con las expresiones idiomáticas en ambos idiomas.
  • Errores de concordancia. Los errores de concordancia ocurren cuando no hay coincidencia en género, número o tiempo verbal entre las palabras de una oración. Un ejemplo es la traducción incorrecta de «the big house» como «la grande casa» en lugar de «la casa grande». Para evitar este tipo de errores, es importante revisar la gramática y la sintaxis del idioma de destino y hacer correcciones antes de finalizar la traducción.
  • Pérdida del sentido original. En algunas traducciones, el significado original del texto se pierde debido a una interpretación errónea. Esto puede ocurrir cuando se omiten palabras importantes o se reorganizan frases de manera incorrecta. Para evitarlo, es recomendable leer el texto original varias veces antes de traducirlo y, si es posible, consultar con hablantes nativos o expertos en el idioma.
  • Traducción literal. Uno de los errores más perjudiciales en la traducción es la traducción literal. Aunque en algunos casos puede funcionar, en otros puede alterar el significado del mensaje. Por ejemplo, la frase «It’s raining cats and dogs» no significa literalmente «Está lloviendo gatos y perros», sino «Está lloviendo a cántaros». Para evitar este error, se debe buscar el equivalente idiomático en el idioma de destino en lugar de traducir palabra por palabra.
  • Falta de adaptación cultural. Un aspecto fundamental de la traducción es la adaptación cultural del mensaje. Algunos términos, referencias o expresiones pueden no tener un equivalente directo en otro idioma o ser culturalmente inapropiados. Por ejemplo, traducir «Thanksgiving» como «Acción de Gracias» en un país donde esta festividad no se celebra puede generar confusión. En estos casos, es mejor explicar o adaptar el concepto para que el lector lo entienda en su contexto.
  • Errores de puntuación. Cada idioma tiene sus propias reglas de puntuación, y los errores en este aspecto pueden alterar el significado del texto. Por ejemplo, en inglés es común el uso de la coma de Oxford, mientras que en español no se suele emplear. También hay diferencias en el uso de los dos puntos y los signos de interrogación y exclamación. Para evitar estos errores, se deben conocer las reglas de puntuación de ambos idiomas y revisar el texto antes de entregarlo.
  • Omisión o adición de palabras. A veces, en la traducción se omiten o se añaden palabras innecesariamente, lo que puede cambiar el sentido del mensaje original. Por ejemplo, la frase «He is my friend» puede traducirse correctamente como «Él es mi amigo», pero si se omite el pronombre «él», la oración puede sonar ambigua en algunos contextos. Para evitar estos errores, se debe revisar la traducción varias veces y compararla con el texto original.
  • Errores en la traducción de nombres propios y títulos. Los nombres propios y títulos no siempre deben traducirse literalmente. Algunos nombres de obras literarias, películas o instituciones tienen traducciones oficiales. Por ejemplo, «To Kill a Mockingbird» se traduce como «Matar a un ruiseñor» y no «Matar a un pájaro burlón». Antes de traducir nombres propios o títulos, es recomendable investigar si existe una versión oficial en el idioma de destino.
  • Uso incorrecto de las preposiciones. Las preposiciones varían según el idioma, y su uso incorrecto puede generar errores en la traducción. Por ejemplo, en inglés se dice «interested in» y en español «interesado en», pero un error común es traducirlo como «interesado sobre». Para evitar este problema, se debe prestar atención a las combinaciones de palabras y consultar referencias gramaticales.
  • Errores en la traducción técnica y científica. En textos técnicos y científicos, el uso incorrecto de términos específicos puede afectar la precisión del contenido. Un ejemplo es la confusión entre «data» y «datum» en inglés, donde «data» es plural y «datum» es singular. En español, se traduce como «datos» en plural y rara vez se usa «dato» en este contexto. Para evitar errores en traducciones especializadas, es importante utilizar glosarios y fuentes de referencia confiables.
  • Problemas en la localización de software y sitios web. La localización de software y sitios web requiere una adaptación no solo lingüística, sino también cultural y funcional. Un error común es traducir menús y botones sin considerar la experiencia del usuario. Por ejemplo, «File» en inglés puede traducirse como «Archivo», pero en algunos contextos, «Fichero» es más adecuado. Para evitar errores en la localización, es recomendable realizar pruebas con hablantes nativos y evaluar la coherencia del contenido.
  • Errores en la traducción de subtítulos y doblajes. La traducción audiovisual presenta desafíos únicos, ya que se debe sincronizar el texto con el audio y mantener la naturalidad del diálogo. Un error común es traducir expresiones idiomáticas de manera literal, lo que puede resultar en frases poco naturales. Por ejemplo, «break a leg» no significa «rómpete una pierna», sino «mucha suerte». Para evitar errores en subtítulos y doblajes, es importante adaptar el contenido al contexto cultural y lingüístico del público objetivo.
  • Desafíos en la traducción jurídica. La traducción de documentos legales requiere precisión y conocimiento especializado. Un error en la terminología jurídica puede alterar el significado de un contrato o un documento oficial. Por ejemplo, «notary public» en inglés no es «notario público» en español, sino «fedatario público» en algunos países. Para evitar errores en la traducción jurídica, se recomienda trabajar con profesionales del área y utilizar diccionarios legales específicos.